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  • Reflexión - Edición XV

    Rafael Rodríguez Sol

    Licenciatura en Comunicación

    Después de un tiempo aceptarás que el sol quema si te expones demasiado, aceptarás incluso, que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas, que a veces la vida duele, cansa, hiere, que no es perfecta, no es fácil, no es coherente, pero a pesar de todo es y será bella.

     

    Aceptarás que la distancia no significa nada, cuando esa persona significa todo, que la oscuridad le teme a la luz y que los momentos son solo eso, momentos únicos e irrepetibles, que reír, llorar, soñar, desilusionarte e incluso enamorarte son parte de la vida.

     

    Después de un tiempo aceptarás que para amar a alguien necesitas amarte a ti primero, que las personas somos temporales, que amar y querer son cosas muy distintas, después de un tiempo aceptarás que las personas siempre hablarán de ti, hagas o no las cosas bien, pero que son solo eso, opiniones y que solo tú decides si lo tomas o los dejas.

     

    Que si alguien se quiere ir de tu vida, lo mejor será no detenerlas y que si te fallan lo mejor será alejarse, aceptarás que, si algo te molesta, lo mejor será evitarlo, que donde la ignorancia habla, la inteligencia calla, que tus sueños no se construyen, tú los construyes. Que sonreír no significa estar feliz, estar juntos no significa estar enamorados y que el amor verdadero solo se vive una vez.

     

    Entenderás que la vida no es injusta, sino que les da las mejores batallas a sus mejores guerreros, que hay cosas que quisieras volver a vivirlas una y mil veces más, que para cada final siempre habrá un inicio y que lo mejor será vivir el momento, el ahora,  que con el tiempo solo quedan recuerdos y lecciones. 

    Rafael Humberto Gómez Jiménez

    Licenciatura en Comunicación.

    Esta no es una carta de despedida.

    Hace 4 años una nueva generación emprendía el camino por la carrera de comunicación, entre sueños, objetivos y metas, las expectativas no se hicieron esperar.  Es que Humanidades no es solo una facultad, recorrer sus pasillos, platicar con el personal académico, probar la exquisita sazón de doña Pipis en sus antojitos, degustar el pozol y los chilaquiles de la cafetería, las pláticas en la ‘higuera’ o simplemente admirar los árboles frente a la plaza cívica, acompañado de un buen libro y amigos, cambia tu panorama formativo y ves reflejada a la institución como tu segunda casa.

    De mi paso por la facultad, hay muchas historias, experiencias y aprendizajes que valdrían la pena destacar, sin embargo y no como forma de modestia, quisiera rescatar aquello que fue y será lo más significativo que me ha dejado estos años en mi formación.

    1. Todos somos diferentes y hemos aprendido a respetarnos.
    • En los pasillos de mi facultad desfilan estudiantes orgullosos de sus culturas, convicciones, ideologías, amigos con pasatiempos y firmes objetivos. Y aunque la mayoría reside en la capital, eso no significa que compartan los mismos anhelos.
    • Durante este interminable desfile, aprendí que, aunque pasamos por situaciones personales, siempre la mano de un amigo estará ahí para apoyarte, incluso con los últimos centavos de su día para que puedas viajar seguro a tu casa, incluso cuando él no comparta tus mismos objetivos y sueños, el poder de ser uno con el hermano, es lo más valioso e importante.

     

    1. Celebrar las victorias del otro.
    • Cuando celebramos los logros de otros, nos reconocemos también como personas íntegras, que pueden ofrecer apoyo a los demás, cuando esa emoción hacia el otro es reflejada nos encontramos con verdaderos amigos y compañeros.
    • Durante mi tiempo en la facultad, he aprendido que no siempre tienes que ser el centro de atención, cada uno brilla a su manera y en su tiempo, lo importante es valorar el esfuerzo de cada compañero con quién convives y compartes las mismas experiencias, la humildad radica en reconocer tus habilidades y debilidades, trabajar a partir de ellas y cumplir tus metas personales.

     

    1. Idealiza tus propias metas y sueños.
    • En estos 4 años y medio, aprendí que es más importante tener los ‘pies sobre la tierra’ que tratar de idealizar la vida o éxitos de otras personas, constantemente nos pasamos pensando en el artista que triunfa o en los famosos que se vuelven virales, lo más importante es trabajar y reforzarse en nosotros mismos. Por ello son impensables las oportunidades que tenemos a nuestro alcance, en una Universidad como la UNACH.
    • Gracias a esas oportunidades, hoy puedo contarles mi experiencia en radio UNACH marcada por propuestas innovadoras, donde abordé temas académicos que lograron ser de interés para la comunidad estudiantil, por el estilo y la forma de expresar historias relacionadas a la superación personal, el trabajo en equipo, el emprendimiento y vivencias dentro y fuera de las aulas.
    • Colaborar en la radio, fue un parteaguas en mi vida profesional y ahora estoy seguro que a partir de ideas innovadoras podré obtener oportunidades de trabajo, en el momento en que me toque partir.

    Hoy que vivimos en esta nueva normalidad, puedo asegurar que de esta generación nunca imaginamos llevar nuestro último semestre a distancia, que nuestros maestros y compañeros se convertirían en chats y foros virtuales, que los salones los anhelaríamos tanto como a nuestro hogar. Es en esta lejanía cuando se extraña el pequeño espacio en humanidades, mis amigos, compañeros y docentes, mi otra familia.

    Finalmente quiero decirte ¡Gracias Humanidades! Por acoger una temporada más, las metas y sueños de jóvenes que imaginan un mejor futuro, de profesionistas que visualizan un país más justo y con mejores oportunidades.