Spanish English French
  • Compartir
  • Pensamientos XX

    Y si

    Por: Ángel Cristóbal López Estrada

     

     

    Y si

    Y si tuviera la cintura más pequeña

    Y si tuviera las caderas más anchas

    Y si tuviera los pechos grandes

    Y si el hecho del maquillaje en mí no causará revuelo

    Y si todos esos “y si”

    Fueran una realidad

    Y aun así no me quisieras

    ¿Sería quién soy y no lo que soy el problema?

    Sobre pensando a las 3:14 am

    Por: Ruth Esther Rodríguez Gordillo

     

     

    Yo tenía un sueño y lo dejé ir.

    Yo tenía un sueño y lo perdí.

    Yo tenía un sueño y se esfumó como la espuma.

    Se perdió entre el viento.

    Se fue lejos de mí…

    Yo tenía un sueño.

    Y deseo olvidarlo.

    Pero cada que duermo.

    El inconsciente me hace recordarlo.

    Sin compatibilidad

    Por: Yoav Itzhander Ocaña Hernández

     

     

    No teníamos compatibilidad.

    Y queríamos ignorar un mal.

    Un mal disfrazado de amabilidad.

    Pensando que era algo normal.

    Y aunque yo llegaré a mejorar.

    El frío de tus besos no podré olvidar.

     

    Estuviste en mis días obscuros.

    Lastimándome con sucios murmullos.

    No podré quitar tus fotos de los muros.

    Aunque representen los fenómenos más impuros.

    Pues mi interior tú lo llegaste a cambiar.

    Empezando el incendio que no sabía necesitar.

     

    El sabor de tu piel llegó a cambiar.

    Y tu canto de sirena empezaste a afinar.

    Alimentando mi voluntad del deseo.

    Disfrazándolo como algo heterogéneo.

    Sabiendo que dañaría mis representaciones. 

    Descartando mis condiciones.

    Aunque no era bueno con las relaciones.

    No sabía que tan importante serían las primeras decisiones.

     

    Mi valor llegue a olvidar.

    Y mi atención la regalaba sin pensar.

    Mi vida se perdió en la obscuridad eterna.

    Pero ahora empieza mi modo guerra.

    Mi mente llevándola al fallo.

    Y él recuerdo como ejemplo del engaño.

    Las sanguijuelas ya nada me provocan.

    Mis brujos a los más altos guerreros invocan.

    Y las verdades hoy éxtasis en todos evocan.

    Ilusión

    Por: Brissa Marisol Morales Morales

     

     

    Ignórame las veces que quieras, pero contigo yo perdí.

    Me traes loca como las noches de rumba que se apoderan de mí.

     

    Lo confieso…

    Cuando me acerco, me mantengo como un polo opuesto,

    fingiendo que a tu lado no hiervo, pero yo a ti te quiero

    frente a mí, recostado en mí, cerquita de mí,

    bajo una ilusión que yo convertí

    en mis mejores visitas al espacio, flotando alrededor de ti.

    Mi vida, aquí me quiero quedar, de verdad no quiero seguir,

    otros labios no sabrían igual y otras manos no me harían flotar.

     

    Y aquí estamos…

    Bajo la luna, frente a las luces brillando

    en la oscuridad de este frío ser de verano

    que teme a las mariposas que despertó

    cuando sus manos rozaron y sus ojos brillaron.

     

    Y si me ilusionas qué más da,

    yo me quería quedar.

    Poco después de la lluvia

    Por: Emilio Guadalupe Magaña Piñones

     

     

    La primer gota cae, rompe el reflejo.

    Blanca plata, negras ramas y agua clara.

    En que retumba en silencio tus pasos.

    Pasos de viento, sin tiempo… susurros.

    Brisa que en la vera juega el espejo.

     

    Danza tu cuerpo liviano en la charca

    y caen las gotas sobre hojas tiernas, finas,

    Caen las gotas, erizan tu piel sacra.

    Caen las gotas frente a ti, en el agua.

     

    Aún bailas en sombras y orillas vagas.

    Brilla cristalina y plateada el agua,

    quizá es del cielo un triste reflejo…

    No, quizá seas tú en la fría charca.

    —Abraza tus pies el agua helada, clara—.

    Sí, quizá sean más cálidas tus manos,

    —se hunden tus dedos en cálido barro—.

     

    Caen tres gotas, gotas de perlas nubladas.

    Caen tres gotas, y manchan tu piel pálida.

    —Juega con la brisa tu dulce pelo—.

    Caen dos gotas… ¿Eras tú… o fue un sueño?

    Muerte de mariposa

    Por: Martha Pricila Aguilar Castellanos

     

     

    Mis alas de mariposa algún día se caerán.

    Se desvanecerán.

    En tu ausencia.

    En mi ausencia.

    En silencio.

    O gritando.

    Pero siempre.

    Siempre.

    Siempre.

    Haciendo una revolución.

    Ruptura

    Por: Ángel Andrés Pérez Pérez

     

     

    Mirarte a los ojos y

    saber que ya no me

    miras. Verte los labios y 

    saber que ya no me

    besas. Los saludos por

    las mañanas y el 

    “descansa” por las

    noches.

     

    Los corazones rojos

    invadían el chat sin

    saber que un día se

    partirían. Te resulté 

    poco, me lo aclaraste

    pero ten en cuenta que

    amar a cinco personas 

    al mismo tiempo te llevaría a la soledad que

    estás viviendo.

     

    Ahora entiendo por qué

    nunca me presumías si

    claramente te

    convertirías en el

    hombre de la media

    docena de amores, pero

    qué lástima, te faltó uno.

    Por tu ausencia

    Por: Itayetzin Osorio García.

     

    Extraño recostarme sobre tu pecho y sentir tu olor, que se pegue a mi cuerpo para que,
    cuando te vayas, te extrañe todavía más. Un poco estúpida la idea, pero es sufrimiento
    por tu ausencia lo que me hace pensar que te necesito, y si te necesito es porque
    te quiero, y si te extraño aunque te haya visto ayer, es porque te amo.

    A través de mis ojos

    Por: Alejandra Sosa Anzueto

     

     

    Por mucho tiempo pensé que; si pudieras verte como te veo, entenderías el por qué estoy aferrada, pero realmente no es así. 

     

    Lo que veo no es realmente lo que es. 

    Es eso que tú me hiciste creer que era. 

    Era aquella canción que salía de ti, la que hiciste mía. 

    Era esa noche solitaria, cuando fuimos nuestra única compañía. 

    Era tu película favorita, la que compartiste conmigo. 

    Era ese recuerdo de tu infancia, el que te hacía sentir como un niño de nuevo. 

    Era ese secreto que me contaste, cuando creí ser especial. 

    Era esa visita inesperada, cuando fingías que querías verme. 

    Era ese abrazo en el que me pediste que no te soltara, jamás fue honesto. 

    Era esa sonrisa con la que me mirabas, aquí me dejaste sin palabras. 

    Era ese sentimiento mutuo, el que me hiciste creer que existía. 

    Era ese suspiro que dejé libre en el aire al acordarme de ti, pensando que te pasaría lo mismo. 

    Era, tiempo pasado; un pasado que jamás existió. Y así sin pasado, jamás tendremos un futuro.

    Duele

    Por: Guadalupe Cruz Martínez

     

     

    Duele saber que yo di todo de mi para que sintieras lo que yo sentía por ti.

    Duele recordar esos abrazos y besos en la frente.

    Duele pensar que todo lo que me dijiste era todo mentira. 

    Duele, duele recordar lo contenta que me veía contigo.

    Duele, duele sentirse como esa segunda opción. 

    Y no entiendo, no entiendo porque fue así. 

    No entiendo cómo fue que me mentiste, si yo sólo te daba lo que sentía. 

    Duele pensar que tal vez era yo la que siempre daba todo. 

    Duele pensar que tal vez solo yo llegué a sentir.

    Duele saber que tú ya tenías ese alguien que te hacía sentir a ti.

    Duele pensar que no fue mutuo.

    Duele sentir que aún te quiero. 

    Duele, quema sentir esto que aún siento por ti.

    Simplemente duele.

     

    Caminos distintos

    Por: Jorge Luis Viveros Caballero

     

    He creado un camino distinto a ti, un camino donde no se si volveré a encontrarte, por miedo a ti o por amor a mi.

    Siempre me he preguntado  por qué las cosas sucedieron así, por qué me tuve que ir lejos de ti, sin un adiós y ninguna explicación. Aunque simplemente quería permanecer contigo, pero quizás el destino no me permitió seguir ahí, creando una ilusión, o un simple sueño que trataré de frustrar.

    Caminar distinto a ti me hace recordar que el mundo es redondo, que vamos en sentidos contrarios y que en algún punto de nuestras vidas estaremos juntos otra vez, porque lo deseo y quiero que así sea. Y no digo que sea hoy, o que sea mañana, si de algo estoy seguro es que me he creado la ilusión de poder encontrarte otra vez. 

    Esta es mi única verdad, creo en ti y en los sentimientos que te he guardado. Aunque estoy arrepentido de caminar distinto a ti, no quiero aceptar que te perdí por seguir mis sueños, por seguir creciendo.

    He intentado aprender a vivir sin ti, dejando de aferrarme a mi pasado, soltándote para no lastimarme. Pero existe la luna y sé que aún estás aquí y eso no me deja dejarte ir.

    Sin más que decir me pregunto ¿qué fue de ti? Han pasado varios años y tú en mis pensamientos me persigues, no puedo dejar de llorar y no puedo dejar de pensar, ¿por qué las cosas suceden así? Como el aire en una tarde fría de invierno, o como un alma en pena sin sueño.

    He creado un camino distinto a ti, un camino donde mi sueño es poder mostrar mi verdadero amor por ti

    ¿Tengo qué?

    Por: Ángel Cristóbal López Estrada

     

    Me han dicho que no tengo que arreglarme para nadie.

    Que no tengo que arreglarme para ver el brillo en tus ojos cuando notas el rosa artificial de mis mejillas.

    Que no tengo que arreglarme para ver cómo cae tu quijada cuando me ves en mí ropa favorita.

    Que no tengo que arreglarme para tentarte a jalarme del cuello o de la cintura.

    Y sentir tu cálido aliento en mis labios entreabiertos preparados para recibir a los 

    tuyos como un huésped que esperan hace tiempo.

    En ti

    Por: Jairo del Carmen Galdámez Gómez

     

     

    Quiero permanecer contigo,

    como recuerdo en tu cajón,

    guárdame entre tus libros,

    como pétalo de una flor.

     

    Quedarme contigo,

    aunque no esté junto a ti,

    en el aroma del café,

    podrás acordarte mí;

     

    En el cansancio de aquel baile,

    en el pensamiento que trae aquella canción,

    guárdame junto a lo vivido,

    en un rinconcito de tu corazón.

    Lo bello de tus ojos

    Por: Tania Lizbeth Viza Chablé

     

    La intensidad de la luz de tus ojos,

    hacen que los recuerde durante el dia,

    ellos tienen el brillo de un diamante,

    es correspondido lo que sentimos;

    en los momentos tristes, eres mi alegría,

    aunque los vea solo por un instante.

     

    Brillan tan hermoso como el sol.

    ¡Me fascinan! como las estrellas del cielo,

    los vería durante todo el atardecer,

    contigo mis sentimientos no tienen control,

    tus ojos son dulces como un caramelo,

    toda la vida contigo quisiera permanecer.

     

    Tus ojos brillan como una estrella,

    bonitos como el amanecer,

    cuando los veo me quedo fascinada.

    ¡Me encantan demasiado! verlos es una maravilla,

    junto a ti los problemas no pueden doler,

    no puedo creer que de ti estoy enamorada.

     

    Me fascinan tus ojos, como los girasoles,

    son de un color único y hermoso, 

    tus pupilas siempre se dilatan cuando me miran,

    cuando veo tus ojos siento lo que sientes.

    ¡Me encanta! que eres bondadoso,

    cuando los recuerdo, a escribir me inspiran.

    Música en el aire

    Por: Sergio Omar Pérez Méndez

     

    Parece que estuviera aún en ese lugar, practicando en sus ratos libres -que no eran muchos tampoco-, lo malo de la adultez. Pocas veces le veía sonreír como cuando ponía sus manos sobre las teclas y ejecutaba cualquier canción que estuviera aprendiendo o mejorando. Cantaba, bueno, desafinaba muchas veces; pero lo hacía con tanta emoción que casi no importaba si lo hacía bien o mal, la actitud es lo que cuenta, dirán. 

    No es un secreto que ser un músico reconocido fue uno de sus sueños más grandes. No lo cumplió, pero nunca dejó de practicar, aunque pasara años sin tocar el instrumento; era como si la música misma nunca le hubiera abandonado.

    Ahora quisiera escuchar esos fallos, esas idas de nota, ese tempo poco consistente, porque cuando tocaba una canción de forma perfecta no sonaba tan bien como cuando se equivocaba. ¡Tanto repertorio inconcluso! ¡Tanto tiempo para aprender y seguir mejorando! Los escenarios, desde el más pequeño al más grande, se quedaron esperando. 

    Y sólo desde ese momento comprendí el valor de todo su esfuerzo para tocar, que al final del sufrimiento, al sacar la primera melodía, todo cobraba sentido, incluso la vida misma. Sus momentos tristes y felices siempre estaban acompañados de música.

    Recuerdo todavía su sonrisa cuando terminaba sus prácticas, salía con un aire triunfante que sólo se lo he visto a pocos artistas, cuando han logrado conquistar el mundo. Están en mi mente sus anhelos de conseguir un instrumento mejor, sus ganas de tocar en alguna fiesta, en algún lugar, donde fuese. Sí, parece que estuviera aún ahí en su silla, frente al teclado, a punto de comenzar a mover los dedos, esperando el momento adecuado. Sus canciones siguen sonando en el aire, aunque las teclas estén inmóviles y su asiento vacío.