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Otoniel Méndez Rodríguez

Lic. en Pedagogía

 

Antes de sentir que no soy alguien, siento que soy un convicto, despertar después de estar entre paredes, confesar que he tenido síntomas de placeres, creo que solo yo y mi mente determinamos cosas que ni van, y que después del día me doy cuenta de que solo soy muy estricto conmigo mismo. ¡Wow! No sé cómo es que escribo cosas pertinentes de un cerebro tal, demente y estar consciente de la luz viniente, no es que este sonriente o sí, pero de estar osado y el significado de mi mente es estar feliz continuamente. Bueno, abrázame un poquito, mírame tantito, vida, enséñame a ser práctico, acertado, cabal, positivo y encontrar mi objetivo, desertar y acertar, reflexionar y continuar, después de 365 atardeceres completar la integridad de mi felicidad. 

Ciertamente, camino en mi subconciencia, desafiando mi mente día a día, creando alucinación y sí, quisiera estar en tu imaginación, no sé dónde descargar mi mochila que debería tener datos de mi educación, confesar que solo llevo cargas de mucho espejismo, redactar que dentro de ello cabe realismo y no solo presunción. Supongo que tú y yo necesitamos sentarnos a mirar el cielo, conversar detalladamente con nuestros recuerdos que no eran necesarios y que ahora son inevitables y más indispensables que estar saliendo a engañarnos que somos felices con personas que por suerte son felices hipócritamente. Quisiera sonreír en un estado consiente, no limitarme a mis pensamientos y vivir convencido de apreciarte, y siempre veo dos personas amándose infinitamente, ¿será real? O son las nubes de mi cielo subconsciente, y es que determinadamente sabes que, no sé si en mi vida entras o sales, pero creo que sí, estamos viviendo la canción de “La ley del hielo” de Tyron González.

Es cierto que la mayoría de las personas no creen en cosas que por razones obvias rompen seguridades y es que no sé si sea un sujeto lleno de prejuicios, duda, recelo o escepticismo, pero si me doy cuenta, estoy al borde de inseguridades. No entiendo si hay una regla que seguir o es dejar de seguir todas las reglas y enfocarse a vivir y la coincidencia de mi entendimiento relaciona mis defectos una y otra vez, desconozco si soy yo o es que me dejo llevar por la razón del intelecto. De verdad esto es grande, como un océano lleno de peculiaridades, y dentro de ello existe algo espontáneo, ¿será algo como tú y yo? Sí, pero la realidad es que ¡No! Pero que es eso realmente que se siente determinadamente cuando piensas si existe alguien que te dice ¡ama!, sin saber que eres poco en este mundo sobreviviente. 

Después de un cierto tiempo de sentir el aroma de arrogancia, me percaté que la única sustancia que no siento es el complemento de tus besos, y por supuesto no existe en la tabla de los elementos químicos que pueden salvar mi vida de supuestos… ¡Rayos! 

Y si existiera eso. No sé si la vida es exigente o es que yo no entiendo la clave de mirar tu ternura existente, inherente si mi mente, pero por coherente dejo de sentir esta verdad suficiente y alejarme de tus ojos fácilmente.  

En realidad, la vida es un documento muy complejo y que por obvia razón no voy a leer, si lo sé, es parte de, pero de que, bueno, si resumiré que lo más seguro es que moriré y si tuviera que plantear la razón de vivir, sería saber que dejarás de sentir y disfrutar los 86,400 segundos de cada día de coexistir, es cierto que no miento que la verdad es tan relativa, así que, de no ser así, no sé por qué estamos aquí sintiendo uno al otro esta inferioridad dentro de este espacio contra el tiempo.

Despierto, me levanto, camino, me refriego los ojos, me doy cuenta de que solo fue un sueño y que de mi vida soy el propio dueño, no ha existido nada y que aún es una hipnosis relacionada con mi mente, creeré en mí mismo por supuesto, me amararé siempre y viviré consciente eso si definitivamente.