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Ansiedad y estrés universitario: un desafío silencioso

 

La vida universitaria suele proyectarse como una etapa de crecimiento, aprendizaje y nuevas experiencias. Sin embargo, para muchos estudiantes, también representa una constante lucha interna contra el estrés y la ansiedad, problemas que se viven en silencio dentro y fuera del aula.

La ansiedad, según MedlinePlus, es un sentimiento de temor o inquietud causado por situaciones como hablar en público o presentar un examen. Aunque puede ser útil para enfrentar desafíos, en quienes sufren trastornos de ansiedad el miedo es persistente y abrumador. El estrés, por su parte, es una reacción natural del cuerpo ante amenazas o presiones, y de acuerdo con la OMS (2023), su impacto depende de cómo se gestione emocionalmente.

Estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) comparten que, detrás de exámenes, proyectos y expectativas, enfrentan una presión constante que afecta su bienestar. La psicóloga Gloria Anahí Rodríguez Velázquez, adscrita a la facultad, explica que el sobrepensamiento es una de las causas más comunes de ansiedad. “Cuando tendemos a sobrepensar, le damos un valor excesivo a ese pensamiento”, comenta.

Otro factor recurrente es la autoexigencia. “El querer ser el mejor puede llevar a minimizar logros y a centrarse únicamente en los errores”, explica la especialista. Este perfeccionismo impacta no solo en el rendimiento académico, sino también en la salud emocional.

Estudiantes consultados señalaron que las evaluaciones, la acumulación de tareas y la procrastinación son causas frecuentes de estrés. Además, la necesidad de equilibrar la vida académica con responsabilidades laborales agrava la situación.

Los síntomas más comunes incluyen irritabilidad, insomnio, falta de motivación y dificultad para concentrarse. En casos graves, estos pueden evolucionar hacia cuadros de ansiedad severa o depresión. “Reconocer estas señales es el primer paso para buscar ayuda”, subraya Rodríguez Velázquez.

Afortunadamente, la Facultad de Humanidades cuenta con servicios de apoyo psicológico. Además, los estudiantes identifican algunas estrategias útiles: tomarse momentos para uno mismo, practicar deporte, realizar actividades artísticas o escuchar música relajante. Estas acciones ayudan a mantener la mente en equilibrio.

La psicóloga también recomienda no dejarse arrastrar por expectativas ajenas y aprender a respetar el propio ritmo de aprendizaje. “No debemos subestimar nuestras capacidades ni las de los demás”, enfatiza.

Romper el estigma que rodea a la salud mental es clave para construir una comunidad universitaria más empática. Fomentar espacios de diálogo y cuidado emocional debe ser una prioridad. Porque en el camino académico, el bienestar emocional también importa.