AVIVA EL FUEGO QUE HAY EN MÍ
José Manuel López Méndez / Lic. en TICAE
¡Oh Dios, aviva el fuego que hay en mí!
Enciende en mi alma el poder de tu Espíritu,
que no me venzan las tinieblas
ni el desaliento del pasado.
Hazme como un faro luminoso,
que tu luz resplandezca en mí.
Haz que mi espíritu despierte,
que mi vida sea un testimonio
del poder de tu amor.
Si algún día el miedo enfría mi caminar,
si dudo y pierdo la visión,
No dejes que mi fe se apague,
Revísteme con el poder de tu Santo Espíritu.
Sí, Señor Jesús, ¡aviva el fuego que hay en mí!
ERES REGALO DE DIOS (Para Ailani Lizbeth)
José Manuel López Méndez / Lic. en TICAE
Eres el regalo que un día soñamos,
la dulce respuesta a nuestras oraciones.
Eres promesa, eres milagro,
regalo eterno del gran Creador.
Eres la luz que ilumina nuestro hogar,
un destello del amor celestial.
Tan pura, tan dulce, tan especial,
Una bebita que, con su risa,
hace nuestra alma resplandecer más.
En cada risa brilla el amor,
en cada llanto, un beso sagrado,
tus manitas, mi mayor tesoro,
tan pequeñitas y llenas de amor.
Gracias por tu dulce llegada,
por convertirnos en hogar,
por enseñarnos con tu vida
el verdadero significado de amar.
Que tu risa siempre brille
y que Dios te guíe siempre
con su infinito amor.
Orbita de tu alma
Angelica Junco Hernández / Lic. en Comunicación
“Eres el faro plateado en mi noche sin norte,
la danza elíptica que arrastra mi ser.
Gravedad de luna, suspiro celeste,
me atrapas en sombras de un dulce vaivén.
Soy polvo errante, viajero del éter,
flotando en la estela que dejas atrás.
Eres mi eclipse, mi marea secreta,
la órbita incierta que no sé evitar.
Tus labios son astros en llamas dormidas,
mis manos, planetas buscando tu piel.
Y aunque el tiempo dilate la luz de tu risa,
seguiré tras tu rastro en el cosmos de ayer”.
CARTA A LA LIBERTAD
Hannia Zárate De La Cruz / Lic. en Comunicación
Perdí mi lenguaje
En el andar de las calles
Perdí la justicia.
Olvide la cultura
Entre tanta locura
Perdí los colores
Que adornan mis raíces.
Olvide como correr entre las montañas
Porque empecé a correr de sus amenazas
Señora libertad
Que no tienes remordimiento.
Es la historia de un poema
Que lleva nuestra condena.
Vivir de más
Mariana Ivonne López López / Lic. en Comunicación
Me niego a morir…
Si ya he nacido, nada me pueden decir Si elegí quien ser y donde estar
Es imposible que me quieran llevar.
Si ya vivo cada amanecer, Se que habrá algo más allá En un lugar blanco
o el más oscuro de la tierra Como sea he de encontrar color.
Temo que no perciban mi calidez
Al igual que un café que ya se enfrió sin prueba o error,
Quiero que sepan quien fui yo.
El monstruo disfrazado
Luz de Luna / Lic. en Comunicación
Entre sombras me advirtieron
de bestias en la oscuridad,
pero yo, con inocencia plena,
seguí mi camino sin dudar.
Vi un rostro conocido
en la noche más oscura,
prometiendo refugio y calma
cuando el peligro murmura.
No vi las garras afiladas
bajo guantes de cordialidad,
ni los colmillos venenosos
detrás de su falsa bondad.
En su cueva de mentiras
me paralizó con amargo veneno,
mientras mi alma gota a gota
se vertía en terreno ajeno.
Para el mundo sigo andando,
mi corazón late sin parar,
pero por dentro soy ceniza
que el viento no puede soplar.
Grité su verdadera forma
a oídos que no quisieron oír,
“si fuera monstruo”, dijeron,
“no la dejaría vivir”.
No ven las cicatrices invisibles,
ni la sangre que no manchó,
sólo ven su máscara perfecta,
y la mentira que fabricó.
Ahora camino entre sombras,
advertencia viva y real:
Los monstruos más peligrosos
llevan rostro familiar.
Verdades ocultas
Luz de Luna / Lic. en Comunicación
"Di la verdad", me exigió con falsa calma,
cuando ya goteaba verdad por mi alma.
La verdad ya había surgido entre llantos,
pero él quería moldearla a sus encantos.
En mi momento de vulnerabilidad,
se presentó con fingida bondad.
"Déjame cuidarte", dijo con astucia,
mientras su intención quedaba sucia.
Diariamente el mundo su belleza admira,
sin ver que por dentro solo hay mentira.
El exterior que todos tanto alaban,
esconde un alma que las sombras graban.
Guarda bien su esencia corrompida,
Ocultando la verdad de su otra vida.
El espejo le muestra lo que adora,
mientras su vanidad crece hora a hora.
Pensó que caería ante su apariencia,
sin notar que veía su transparencia.
Su belleza externa nada vale
cuando su interior de negro sale.
Ahora veo el patrón en cada frase,
cómo su interés era solo fase.
Su empatía falsa, calculada,
para que su ego crezca con mirada.
Hoy pronuncio versos liberando,
el poder de su nombre voy borrando.
Me aparto de quien usó mi fragilidad,
para alimentar su ego sin piedad.
Enamórate de mi
Jonathan Rafael Sánchez Huerta / Lic. en Comunicación
M𝗂 𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝗇𝗈 𝖽𝖾𝗃𝖺 𝖽𝖾 𝗉𝖾𝗇𝗌𝖺𝗋𝗍𝖾.
Aú𝗇 𝗇𝗈 𝗌é 𝗊𝗎é 𝗌𝗈𝗒 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝗍𝗂, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝗈 𝖽𝖺𝗋 𝗍𝗈𝖽𝗈 𝖽𝖾 𝗆í.
𝖸 𝗆𝖾 𝖽𝗂𝗃𝗂𝗌𝗍𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌 𝖿á𝖼𝗂𝗅 𝖾𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝗋𝗌𝖾 𝖽𝖾 𝗆í, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝖺ú𝗇 𝗇𝗈 𝗌é 𝗌𝗂 𝗍ú 𝖾𝗌𝗍á𝗌 𝖾𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝖽𝖺 𝖽𝖾 𝗆í.
𝖳𝗎𝗌 𝗈𝗃𝗂𝗍𝗈𝗌 𝗌𝗈𝗇 𝗅𝖺 𝗋𝖺𝗓ó𝗇 𝖽𝖾 𝗆𝗂 𝗌𝗈𝗇𝗋𝗂𝗌𝖺 de eso estoy seguro.
𝖤𝗋𝖾𝗌 𝗍𝗈𝖽𝗈 𝗅𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝗂 𝖼𝗈𝗋𝖺𝗓ó𝗇 𝗇𝖾𝖼𝖾𝗌𝗂𝗍𝖺 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝗌𝖾𝗋 𝖿𝖾𝗅𝗂𝗓
Arrullo de media noche
Belén Antonio Mazariegos / Lic. en Comunicación
Castigo a mi ser con tu adiós,
y mis manos deteniéndote sin cesar,
la tormenta sigue igual ante mis ojos,
pues a mi dolor le es difícil descansar.
Mi amor está a punto de partir,
y su corazón vuela lejos como una
paloma blanca: es fulminante como
el brillo de sus ojos, y tan gozoso como
el sabor de sus labios.
Y delirio su regreso con ansías,
pues me es difícil amarle,
adorarle,
soñarle.
Es mi dolor impregnado en
estas poesías. Son sus besos y
caricias castigándome todos los días.
¿Cuál es el sentido de ahogarme en sus
penas? ¿En sus besos, sus lujurias, ahogarme
con el silencio de su llanto y su deseo de adorarme?
Nuestros llantos son el río que desembocan
mi tristeza. Y te dignas a jugar con sutileza a mi dolor.
En mis sueños he de buscarte y abrazarte,
y 100 noches habré de adorarte,
y algún día llegar a la luna juntos,
y besarte sin sombríos.
Pareciera que mi dolor es eterno,
es eterno como un rayo,
tan frío como el invierno,
pero tan cortante como una espina.
Es incierta mi manera de adorarle,
del amor al odio es delirante,
no me sobra ya ningún aliento,
para este amargo sentimiento.
Y mi sutil despedida has de tener,
pues en otro cielo habremos de aparecer,
y a tu corazón poder abrazar,
y otra vez del amor volver a gozar.
¿Por qué te amo?
Karime Saucedo Cruz / Lic. en Comunicación
Te he dicho que te amo, pero nunca te he explicado el porqué,
Te amo porque abrazas la versión más vulnerable de mi
Te amo porque no tienes miedo de expresar lo que sientes
Te amo porque cuando más te necesite estuviste ahí,
agarraste mi mano y me escuchaste
Y es el gesto más lindo que alguien hizo por mí.
Te admiro eres una persona muy fuerte,
tal vez eres la persona más fuerte que conozco,
porque sé que tuviste momento que te obligaron a serlo
Y eso es lo que te hace valiente y único.
En tan poco tiempo me enseñaste a ver las cosas de diferente manera
A dejar ir, aceptar y demostrar lo que siento sin barreras
Porque si, si me enamoré de ti, y no por lo que vi, sino por lo que sentí
El mar y mi idealización
Pricila Guadalpe Marin Hernandez / Lic. en Pedagogía
Me pasé toda la noche observando el mar, escuchando las olas mientras mis pies tocaban la arena bajo la luz de la luna.
Sentía paz y escalofríos. Creí que podría acercarme un poco más al mar oscuro. Qué ironía la mía, qué tonta me veía al no saber lo que hacía.
Mi cuerpo empezó a flotar. Cerré los ojos un momento y, al abrirlos, dejé de tener los pies en la tierra. Me asusté. Pero dime: “¿Por qué, si uno sabe nadar, flota sin moverse y cuando no sabe, se hunde? El miedo pesa.”
Cada vez me hundía más, gritaba y nadie me escuchaba. Me frustré, lloré, di mis últimas patadas de ahogado... ¡Yo solo quiero respirar!
Quedé inconsciente, y al abrir los ojos, estaba nuevamente en la arena. "Solo fue un sueño", exclamé, respiré con exageración y temor. Dejé de idealizar y nuevamente planté los pies en la tierra. Claro que me asusté, si todo salió de mi cabeza. "Por mucho que te guste el mar, no significa que te tengas que ahogar en él
Cuando el sol se esconde, tus ojos permanecen
Alondra Estefanía Fonseca Morales / Lic. en Pedagogía
La luz del atardecer es un recordatorio de que cada día es una nueva oportunidad para empezar de nuevo.
Es como si la luz de la tarde se hubiera quedado en tus ojos, iluminando el camino y recordándome que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay algo que nos guía.
Momentos como este me hacen reflexionar sobre la importancia de apreciar lo que tenemos, de disfrutar el presente y de encontrar la belleza en los detalles. Y cuando miro tus ojitos, veo la misma luz, la misma esperanza y la misma determinación.
Me gusta pensar que nuestra vida juntos es como una tarde sin fin, llena de colores, texturas y emociones que nos hacen crecer y brillar juntos.
Y que en cada puesta de sol logré enamorarme más de ti.
Oro
Zimrhy Sylvana Gil Matuz / Lic. en Pedagogía
El oro es mi color favorito, siempre he creído que es el más bonito.
Como el oro, son los rayos del sol.
Como el oro, brillan tus ojos cuando hablas de lo que amas hacer.
De oro, creo firmemente, está hecho tu corazón cuando me demuestras tu querer.
Como oro valen para mí tus abrazos, tus palabras, tus detalles,
tu admiración, tu comprensión.
Y si tengo que dar otra razón…
Oro, y oro por ti cada noche: por tu vida, tu compañía, tus sueños y mil cosas más.
Para mí, vale más que el oro todo lo que tú me das.
Dentro de mi
Daniel Maza Pérez / Lic. en Pedagogía
Dentro de mí, con todo mi corazón,
intento gritarte que te amo,
pero algo en mí — ¿será el ego? ¿el miedo? —
me ata los labios, me deja callado.
No tomes mi silencio por indiferencia,
es solo mi alma en lucha,
mi torpeza frente al abismo
de las emociones que no sé nombrar.
Es inmadurez, tal vez,
o el temor de desnudar mi fragilidad,
pero cada latido, cada suspiro,
lleva tu nombre como un eco vital.
Te amo en el secreto de mi ser,
aunque aún no encuentre las palabras
que puedan hacerte entender