Ortiga
Elizabeth Alondra Hernández Vázquez/Lic. en comunicación
Puedo sentir, sentir la ortiga tocar mi piel con su delicadeza a través de mi ser.
Puedo sentir el cristal roto tomar mi corazón y abrazarlo.
Por supuesto que puedo sentir. Siento el toque de una navaja en los labios y sonreír con el carmesí en la boca.
También puedo sentir tu presencia, la presencia de una sombra gris que quema de frío, el frío que puedo sentir en mi cuerpo.
También puedo ver y sonrojarme cuando veo tus ojos mirándome con tu soberbia y odio, odio que hace que siga a tu lado.
Porque yo siento el amor tan puro y hermoso, puedo amarte. Te estoy amando y eres el cruel peligro que quiero sentir.
Eres el veneno que deseo consumir en mis labios y eres el verdugo que deseo que corte mi cabeza.
Soy la nada, soy la nada que viene de lo más bajo. Pero dolorosamente soy algo cuando estoy a tu lado.
Ámame con tu áspero amor, ámame así como yo te he amado por tanto tiempo, durante 5 tortuosos años.