¨La Esencia de la Reflexión¨
Eduardo Domínguez Lopez/Posgrado: En Maestría en estudios culturales
La esencia de la reflexión es una actividad que, ejecutándola de manera correcta, te ayuda a quitar la venda de los ojos, para poder analizar apropiadamente a la sociedad en general. Esta práctica crítica sostiene la idea de la exploración, de salir de tu zona de confort. No tiene límites ni una edad determinada. Esto nos demuestra: “Lo inmaduro que pueden ser los adultos y lo maduros que pueden llegar a ser los niños.”
El no detenerte a reflexionar, analizar o, al menos, criticar tu realidad, es tener contacto cero contigo, porque llevas tanto tiempo cegado a causa de las múltiples distracciones de la sociedad, que no has llegado a conocerte a ti mismo, por querer hacerte conocer ante un mundo que te ignora y que te quiere preso de tus propios pensamientos. No te dejan ser, para convertirte en otro “ser”.
Por eso debemos entender que: “Quienes traicionan sus sueños, no tienen derecho de hablar de sueños ajenos”, porque si no somos capaces de “ser” nosotros mismos, no podemos enseñar a otros cómo serlo. Quien tiene aspiraciones no debe detenerse. Es mejor ser preso del esfuerzo y dedicación, que ser esclavo de otras personas que se atrevieron a cumplir sus aspiraciones.
Nunca debemos negar lo que queremos hacer con ilusión. Un sueño se cumple despierto y no durmiendo, una meta con esfuerzo y una aspiración con valor. Debemos ser fieles a nuestro “yo” más puro. Se pretende presentar la noción de que no hay un límite estipulado, solo hay un límite imaginario creado por nosotros mismos. Es interesante la analogía con la cual utilizamos nuestra capacidad cerebral para inventar escenarios catastróficos negativos, con los cuales nos desmotivamos por romper esa cotidianidad e ir por la innovación de un “pensamiento crítico”. Un pensamiento que nos impulse a realizar un sinfín de cosas positivas.
Igualmente, concientizar la idea de que lo importante es llegar a la meta, no importa el tiempo que se tarde. El tiempo se dice ser “efímero”, pero es relativo. No, quien antes llegue habrá ganado y no ha perdido el último que ha de llegar. En el camino hay mucho que aprender y, por ir rápido, te perderás de mucho conocimiento, así como de experiencia. El que último llega es capaz de admirar el camino, ya que se detuvo a observar su alrededor, cayó por tropezar con una piedra y se dio cuenta de que debía parar y ser más cuidadoso. Reflexionó qué podría aprender más yendo lento que rápido.
La paciencia es la madre de todas las ciencias y, para forjar, hay que esperar. La discordia de la vida es que parece que no entendemos que nada es objetivo, nadie sabe más que otro y nadie es mejor que nadie. El esfuerzo te lleva a todas partes. Es mejor ser un perdedor ambicioso que un vago talentoso. Nada contra corriente. El esfuerzo da mejores resultados, el reflexionar ante el mundo hace que te quites la venda de los ojos.