El monstruo disfrazado

Luz de Luna / Lic. en Comunicación

 

Entre sombras me advirtieron

de bestias en la oscuridad, 

pero yo, con inocencia plena,

seguí mi camino sin dudar.

 

Vi un rostro conocido 

en la noche más oscura,

prometiendo refugio y calma 

cuando el peligro murmura.

 

No vi las garras afiladas

bajo guantes de cordialidad,

ni los colmillos venenosos 

detrás de su falsa bondad.

 

En su cueva de mentiras

me paralizó con amargo veneno,

mientras mi alma gota a gota 

se vertía en terreno ajeno.

 

Para el mundo sigo andando,

mi corazón late sin parar, 

pero por dentro soy ceniza 

que el viento no puede soplar.

 

Grité su verdadera forma

a oídos que no quisieron oír,

“si fuera monstruo”, dijeron,

“no la dejaría vivir”.

 

No ven las cicatrices invisibles, 

ni la sangre que no manchó,

sólo ven su máscara perfecta, 

y la mentira que fabricó.

 

Ahora camino entre sombras,

advertencia viva y real: 

Los monstruos más peligrosos

llevan rostro familiar.