EL TIEMPO EN LA UNIVERSIDAD ES DE CHCOCOLATE

Amayrani Pérez Ramos
Licenciatura en Comunicación

 

¿Y qué harás cuando te gradúes? ¿De qué trabajarás? ¿Dónde estarás los próximos años?... son preguntas que múltiple veces como estudiantes universitarios escuchamos o nos auto cuestionamos.Interrogantes que en ocasiones pasamos desapercibidas y en muchas otras nos genera ansiedad, sin embargo lo que más he aprendido de mis años como universitaria es que esta etapa de nuestras vidas es de chocolate, no en un sentido de comodidad o fuera de valor, sino porque es el tiempo perfecto para buscar comerte al mundo con la tranquilidad de que puedes intentar, equivocarte y aprender de ello para descubrir cuáles son tus fortalezas, lo que te falta por mejorar y sobre todo las características del campo que te gusta para que cuando surjan las preguntas del millón y la oportunidad, quizá no tengas la respuesta concreta pero si la determinación para saber cómo conseguirlo.


Desde el comienzo aprendí que con la práctica todo es un aprendizaje continuo, ahora después de varias experiencias laborales tuve una oportunidad que no tenía planeada pero claro que quería.
Ser oficialmente parte de la familia de TV Azteca Chiapas como conductora de espectáculos es emocionante porque en estos momentos con veintidós años de edad soy la más pequeña del equipo y eso en conjunto con el apoyo de mis compañeros de trabajo me motiva a seguir aprendiendo para mejorar cada vez más, laborar en una empresa nacional permite conocer más de cerca el funcionamiento y sus alcances, parte de lo más divertido poder entrevistar a talentos nacionales como el poder impulsar el talento chiapaneco volviendo la labor en un conteo nuevo en el que tienes que estar en constante renovación y como conductora sé que disfrutar de lo que haces debe ser fundamental porque eso es lo que se ve a pantalla, sin embargo como todo estudiante de comunicación sabe ese sentimiento de satisfacción reflejado en cada programa es por lograr concluir todo el proceso diario que presentarás al público, cada reportaje, cobertura, redacción y elección de contenido informativo es muestra de un buen trabajo en equipo realizado y a pesar de todo lo que cada puesto tiene asignado por realizar, ahora sé con claridad porque se debe “aprender a hacer de todo”.


Si algún mensaje pudiera dar a mis amigos, colegas y a todos los integrantes de la comunidad estudiantil es que no tengan miedo de equivocarse, es sin duda el mejor momento para hacerlo, que esos años de universidad valgan tanto la pena que a pesar de los desvelos, los desánimos y el estrés o incluso el sentir la necesidad de tener más de veinticuatro horas al día sean sumamente de valor para construir el futuro que desean, al fin y al cabo es por uno mismo que se hace tanto esfuerzo.

 

 

TENGO QUE SEGUIR HABLANDO 

Liliana Flores

Licenciatura en Comunicación

 

“La etapa universitaria está llena de buenas experiencias, pero también de tropiezos y ansiedades. Uno de los más grandes es el primer golpe de realidad al terminar la escuela ¿qué voy a hacer? Nadie nos educa para enfrentar y sobrevivir a eso”.

Al caminar por la calle una cuadra antes empiezo a sentirme nerviosa, una mezcla de cosquilleos y temblor de piernas. Empiezo a jugar con mis manos y acelerarme al caminar ¿mariposas en el estómago? …por ahí dicen que así se siente el amor, los nervios de la primera cita. Llego, y después (del ahora normal) filtro sanitario me quedo en el asiento que me han indicado, se encienden las luces, me pongo los audífonos y cuando me dan la señal me doy cuenta de que tengo que seguir hablando.


¡Hola! Soy Liliana Flores, estudianta (aún) de la Licenciatura en Comunicación de la Facultad de Humanidades, me encuentro en la última etapa de la carrera elaborando mi tesis y cumpliendo un par de sueños.


Cuando entramos a la licenciatura la típica frase “¿y por qué Comunicación?” nos obliga a decir por qué creemos que estamos ahí, en mi caso nunca pensé que volvería a mis orígenes.
Verás, de niña no pensaba estudiar comunicación, en un verano conocí la producción radiofónica y me enamoré (de la radio, de la radio), de hecho, gracias a eso y a la experiencia de un programa de más de un año y un tiempo en operación en otra casa radiofónica me hicieron entrar a la carrera. 
Una vez ahí nos enfocamos a otras cosas, como todas y todos llevé el semestre de radio, pero me fui enfocando por inercia de la licenciatura (ojo ahí profeeees) a audiovisuales, a crítica, fotografía y género. Llega el tan esperado y atemorizante Servicio Social, decido cursarlo en SCHRTyC donde me asignan a RadioChiapas. Los estándares de exigencia y calidad me obligaron a volver a las frecuencias y en eso ¡ALERTA POR PANDEMIA DE COVID-19!. Como cualquier otra foránea vuelvo “al rancho” frustrada porque no sólo estaba conectando con mi carrera sino porque disfruté y aprendí muchísimo.
Entre la pandemia, la histeria colectiva, el peso de la tesis y la ansiedad de convertirme en una adulta independiente me entero del casting para #LaNuevaVozEXA. En definitiva, tenía que ir, a pesar de ese miedo que nos paraliza, no nos deja salir, hacer y brillar. Yo entiendo que es muy difícil, estamos acostumbrados a un ambiente donde la competencia sana la fomentan 2 o 3 docentes, a un ambiente donde sales de una clase y entras a otra, y luego otra, pero pocas veces encuentras gente que te haga confiar en tus capacidades. Vencí al miedo, me presento al casting, mentalizada en que sólo eran grabaciones, pero a la vida le encanta vernos sufrir y me dijeron que también tendría que salir al aire. No iba preparada, pero sabía que tenía que seguir hablando.
Pasa una semana y nada, cuando una noche, muy noche, me llaman:
“¿Liliana? Pasaste el casting, necesitamos que te presentes para el siguiente filtro”


No lo podía creer, en realidad haber enfrentado mis miedos y ansiedades como hablar detrás de un micrófono de EXA para mí ya era un sueño cumplido, ahora empezaban “los juegos del hambre”. Este filtro consistió en varias capacitaciones por parte de MVS, entre vocalizaciones, ejercicios de respiración e improvisaciones la competencia se tornaba seria, pero lo mejor fue que, aunque creo que todas las voces reconocíamos el talento en otras, la competencia fue para mejorar YO, crecer YO.


Ahora me encuentro en el filtro final para ser #LaNuevaVozExa y con la publicación de mi video presentación en su fan page vino una ola de apoyo tan grande que ni siquiera yo pude anticipar, incluso con compañeros de la facultad, sentir su respaldo independiente al ámbito personal fue una muestra de madurez, pero también de solidaridad.

El sueño es estar en el medio y cuando una de nosotras/os está en el camino eso suma, no sólo para quien está en la lucha sino para quienes ‘somos’. Siempre lo he dicho, yo soy una apasionada de mi carrera, pero la pasión no es suficiente, el respeto hacia la misma es fundamental para posicionar en alto nuestra profesión.
Encontrar durante estas capacitaciones personas que no tenían la licenciatura, pero si las ganas nos hacen enfrentarnos a un reto y poner a prueba nuestros conocimientos y habilidades tanto en equipo como en solitario.
El mayor reto en esta etapa fue el quedarme sola. Se suponía iba a compartir programa con una titular y de último momento me dicen “vas sola” ¡Imagínate! Una hora de programa en vivo y en un horario estelar ¿qué iba a hacer? Hablar, hablar y seguir hablando. ¿Cómo se siente cumplir un sueño? Llena, es lo que puedo decir, llena en todos los sentidos, nunca me sentí tan completa como detrás de un micrófono y aunque se que hay muchas cosas que mejorar en el camino sé que tengo que seguir hablando.

Hoy estoy en el primer pasito para cumplir mis sueños y si no llego al escalón me quedo tranquila de haberlo dado todo, de ‘comerme’ el micrófono y llevarme experiencia para intentarlo cuantas veces sea necesario.
Suena trillado, incluso cinematográfico, pero las oportunidades llegan y los sueños si se cumplen.