Laura Valentina Castellanos Pulido
Intercambio Estudiantil. Comunicación

 

Se juntan las manos y se sienten húmedas, las banderas coloridas flotan al compás del viento encima de sus cabezas. Y la voz tiembla, ha gritado bastante, parece asfixiarse con tantas palabras en la lengua; qué digo lengua, en el alma. Un cartel frente a ellos exige derechos y libertades, ustedes saben, el papel todo lo aguanta. Tal vez su pasado, su presente o futuro, o todos los tiempos verbales se inquietan por arrancar las cadenas del prejuicio. 

 

El reloj marca las tres de la tarde y en una esquina se asoma Cristina; de su cintura cuelga una falda de pliegues azules que bailan con cada salto, pues hay algunos charcos en el camino, mientras cuida de no ensuciar sus medias a rayas y converse rosados.


“Oh, por Dios yo era tan gay y no me había dado cuenta” dice Cristina con un flashback en su cabeza, momentáneo, conciso y vehemente. Menciona algunos forcejeos por querer que le gustara una estrella masculina, a eso sumarle que nunca ha tenido novio y su mente le hacía creer que era por sus estándares altos o porque no había nadie que encajara divinamente, como en Disney.


Diversidad, gritos de individualidad, diferentes pero iguales, así como la reina, y en viceversa. Para algunos es fácil ser camaleones, ocultarse entre la gente; pero para otros el mostrarse es indispensable, como los leones.


Claudio Rivera llega a la marcha, se sienta a un lado y pregunta sobre el tema expuesto por los asistentes y no duda un segundo en dar a conocer su punto de vista. “Para mí la sinceridad es un pilar en mi vida, mi mejor estrategia fue contarle a mi amiga más cercana”; claramente dicha táctica realimenta la identificación sexual y da la confianza de afrontar cualquier mirada prejuiciosa. “Ven te presento a un amigo” decía ella, “Y yo no me negaba, claro es que pasé de oler a un marica y salir corriendo a sentir y pensar que un tipo estaba rico” confiesa Claudio mientras limpia el cristal de sus anteojos.


Los gays gustan de otros hombres, las lesbianas de otras mujeres y Kasandra gusta de todo el mundo, es pansexual “No tengo diferencias de si es hombre o es mujer, o si es trans, me puede gustar”. A algunos les atrae el físico, a otros la personalidad; “A mí me atrae es la energía y no el cuerpo, hay gente con la que tú te conectas y tal vez de repente una chica te pareció genial, pero tú no eres lesbiana; y yo con eso no tengo lio”.

 

Cambió demasiado, ya no era la estúpida como decía llamarse; “Todo el mundo pregunta que por qué los trans son agresivos y que van a golpear a quien se atraviese y que no miren al travesti”, pues la respuesta es la sociedad, lo dura que es con lo diferente y Kasandra aprendió a destacar entre los problemas. “La gente me la montaba tanto y me volví una perra, cuando me decían. ‘Ay loca’ yo les respondía: ‘¿Por qué lo sabes? Porqué disfrutaste conmigo anoche’, y obvio los tipos quedan nuevos y ya no sabían que decir… entonces ellos ya no tenían poder sobre mí, sino yo sobre ellos”


Las banderas coloridas flotan al compás del viento encima de las cabezas de Kasandra, Claudio y Cristina. Hoy son Duitama Diversa, un grupo de activistas de la comunidad LGBTIQH, quienes luchan entre el ego y la individualidad contra la ignorancia por medio de campañas pedagógicas, #EducaParaAmar, querer a alguien como es y cómo se presenta, sin cuestionamientos.


Están de pie, rodean un círculo para que todos puedan ver el rostro de todas, ya ha oscurecido, y el frío se ha apoderado de la piel. Kasandra destaca entre los demás, tiene unas rastas purpura hasta el piso, “Me hace sentir un unicornio, hasta he pensado en hacerme una modificación para el cuerno, ya saben que soy la dramas”. El ambiente es ameno, Claudio está de aquí para allá atendiendo a los que van llegando, un amigo le toma el brazo y mientras le amarra una manilla le dice: “Pide un deseo Claudio, y nunca te la quites”.


Toman la palabra, los suspiros van y vienen, pues los fantasmas del pasado han estado inquietos a sus espaldas.
-- Estoy involucrada en todo mi drama del activismo porque quiero que la gente cambie y se dé cuenta que no soy ningún extraterrestre, yo también salgo a hacer mercado y todos me ven como si hubiera bajado de una nave espacial. Kasandra.
-- Para mí es parte del proceso de aceptación sexual, porque en un principio fue de ego, solo soy yo y que drama cuando te das cuenta de que en otros países los matan, ahora pienso en colectivo, necesitamos apoyarnos en el activismo. Claudio.
-- Ahora la discriminación se vive internamente como síntoma de afuera, que, porque uno se pintó más que el otro, y a la loca se le dio por traer tacones. A mí me gustan todas las mujeres, es mujer así tenga pene. Cristina.