Taciturno

Por: Jorge Daniel Gordillo Yáñez

 

 

Reza el que reza porque ya no hay Dios

(y si antes hubo, él fue la Palabra), 

y se queda sembrado en el aire del aire el último adiós,

 

se queda. Se desprende, que se hilacha,

que serena, la banca resoplante

y sus ecos escasos de agua en el agua de cascada,

 

sus ecos. Ceguedad de ceguedades: 

reza el que calla y el que calla su afonía

para que no lo escuche la vida, sino el aire