Sé que no estoy loca

Iliana del Socorro Martínez González

Licenciada Lengua y Literatura Hispanoamericanas

 

Hoy estaba en el autobús de camino al instituto, observaba el cielo nublado escuchando las voces de los pasajeros.

Volteé a mi lado izquierdo y estabas tú, no sabía cómo habías llegado ahí, pero me causó tanta felicidad verte.

Mientras tus ojos estaban cerrados yo te observaba.

Toqué tus manos, estaban tibias, toqué tu pecho y tú corazón latía muy despacio.

Estabas tan cerca, pero a la vez tan lejos.

Cuando intenté abrazarte, el autobús entró a un túnel muy oscuro donde no podía verme ni ver alrededor; cuando salimos del túnel me recargué en tu hombro y vaya la sorpresa... ya no estabas.

Me siento triste, sigo anhelando tu regreso.

Todavía te espero en el billete.