Mis delirios de gerberas

Sheyla Morales Chacón

Lic. Pedagogía

 

Mis delirios de gerberas, que prosperan en verano, en el sueño de cada dama, suspirando a que volviera a nacer aquella esperanza de luz, en el cual debate entre la vida y la muerte; pensando si seguirá respirando, que su corazón siga latiendo y creando versos de amor. ¡No! no se está dando por vencida, está sacrificando cada poema, jugando en cada rincón, riendo, cantando y bailando por cada lugar de sus estaciones; está haciendo escuchar su propia melodía, bajo su ritmo y dando felicidad.

Pensando en el sueño de las noches de otoño y al paso de las mareas del océano al callar, en aquel amanecer en brillo de besos suaves y cantos amables al oír sonar lo tranquilo del mar, una cálida respuesta después de la duda y el silencio al pensar, soñando lo ilusionado con el tiempo en su momento.

Teniendo amor y sueños de confianza en el invierno, notando cada destello de veladas frías en el cielo de luces; creando una nueva versión de gerberas al respirar en el centro de La vida me retorcía las sonrisas cada vez más duro, me hacía llorar cada que recordaba todo y mis lágrimas ya no sabían si seguir cayendo o simplemente salir corriendo a buscar algo nuevo, algo lleno de luz, algo que pudiera buscar sin temer a lo que me enfrentaría, esa luz pequeña que siempre había en mí, que quería seguir brillando ante todo, ante el más oscuro secreto, sabía que eso pasaría, que nada es eterno, que eso iba a salir a flote y que me haría fuerte, valiente y que la esperanza en mí, volvería, adiós oscuridad, al menos, adiós en esta ocasión.

Que las noches podía ser aún más largas al término de diciembre, que nunca se terminan las veladas de salir a recordar y de llorar al momento de memorias al cantar y anhelar aquella noche al seguir parada en el invierno y esperando a que todo acabara.

Como si las frías noches de aquel pasado que corrían en mis venas, que se marchaban del paso del reloj y no de mi cabeza, soñaba con tantas expectativas y eran tontas, dolía mucho levantarse y tratar de saber que ya todo había cambiado, ya todo se había marchado. Se ha salvado de muchas y del sueño más pesado, ha sido lo más feo y lo peor que ha sucedido, el dejar atrás todo si alguna lucha o si alguna forma de ver todo al revés. Cada beso en el rostro suele ser lo más noble y valioso para el más fuerte, así como la cachetada el dolor más intenso del día. Pensar en que podía dejar de crear sus propias expectativas sostener en la mano sus sueños, que por minutos su dolor se fuera haciendo más tenso su anhelo de crecer en todo futuro se rompiera.

Teniendo ese oscuro terror de querer dejar todo en un solo paso está más que a la orilla del mar, para hundirse en el más allá de los miedos. Sólo hay que tratar de luchar y luchar hasta que todo deje de doler, aún con el dolor, seguir el paso del sueño y estar en paz con tú propio interior. Dejemos a un lado los miedos y las inseguridades, es de valientes no dejar de soñar, aún con temblores de fallos. Crear, soñar e imaginar cómo ese corazón no ha dejado de latir, le está dando fuerzas para seguir guiando, para ser una guerrera, sus flores favoritas no se marchitan, esas gerberas que le provocan ser risueña, el lila que crea poción mágica en los sueños de sus risas, el rojo la pasión de inspirarse y vivir, el anaranjado dándole luz, pero el blanco la hace volar, son los colores de la vida que la están haciendo subir en pedestales de nubes con música en sintonía, que bajo su pleno deseo de vivir, crea su dicha de creer en todo aquello que la inspira.

Que a largos caminos sean frescos al pensar y tranquilos al crear, que ilumine la paz en el interior y brille en el exterior, buscando al tiempo en ratos y permaneciendo en su composición, alucinando en cada momento de dulces pensamientos al imaginar sueños de decisiones y enfrentamientos de una sola nota. Había de pensar en que esos sentimientos deliraban como en una laguna de pensamientos sin escape alguno, solo suspiraba y dejaba todo a su suerte, eran las brisas del invierno que dolían cada que, de silencios a través de una ventana de esperanzas y sintonías de sueños en una vida llena de armonías en composiciones de deseos, falsas notas de miedos y anhelos en pasos del tiempo contra las brisas de suspensos, cayendo en sueños fríos y fingiendo en las estrellas a través de la sonrisa del sol.

Y ella brillaba de la confianza más fuerte, está en su mejor sintonía de latidos, no se da por vencida; ella aún lo siente latir, bajo su camino de luz, ensueñada y brillando, ella realmente empezó a soñar sin miedo alguno, pensando si lo que había decidió era lo correcto, atormentándose por los criterios del exterior pensando en lo que ella realmente quería.

No había dudas, ella estaba viviendo cada vez más sus delirios de gerberas, posando ante el cielo.